6 de mayo de 2008

MIRALLESCO

Cuando estuvimos en Barcelona, en una de las rutas "turísticas" de nuestro anfitrión Iván, pasamos por la catedral y al fondo vimos una de las obras que a Ayo más le gusta: EL MERCADO DE SANTA CATERINA DE ENRIC MIRALLES. Los que estudiais arquitectura lo conoceis de sobra. Pero como decía el anuncio de CocaCola...esto es para todos los demás...











Enric Miralles


(Barcelona, 1955 - San Feliú de Codinas (provincia de Barcelona), 2000) fue un laureado arquitecto español.
Estudió arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la
Universidad Politécnica de Cataluña, acudiendo posteriormente a la Universidad de Columbia en Nueva York (EE. UU.). Comenzó su andadura profesional en el estudio de Albert Viaplana y Helio Pinhon, dónde permaneció hasta 1983. Al mismo tiempo era profesor adjunto en las dos universidades en las que había estudiado.
Creó entonces su propio estudio de arquitectura junto con su primera mujer,
Carme Pinós, de dónde salieron ya obras de proyección internacional. Cuando Miralles se casó por segunda vez, con la italiana Benedetta Tagliabue, también arquitecta, reorganizó su estudio, que pasó a llamarse EMBT, recibiendo encargos muy importantes de diferentes partes del mundo.
Los dos últimos años de su vida estuvieron dedicados de forma intensiva a su proyecto más importante, el
Parlamento de Escocia. Se trata de una obra que expresa plenamente el estilo de Miralles, respetuoso con las formas y tradiciones del lugar, y dotando al mismo tiempo al edificio de volúmenes y elementos que crean una tensión visual que va cambiando según el ángulo de observación, y la luz y las sombras en las diferentes horas del día.
En su corta vida, Enric recibió numerosos premios, como el León de Oro de la
Bienal de Venecia en 1996. Fue profesor invitado en numerosas escuelas de arquitectura y de diseño, entre ellas la de Harvard, en la cátedra "Kenzo Tange", de la universidad de Harvard, que ocupó desde 1992.
Murió prematuramente a los 45 años, y no pudo rematar muchas de sus obras, incluyendo el parlamento escocés o el edificio de
Gas Natural en Barcelona.
Su esposa, Benedetta, mantiene el estudio EMBT funcionando, y ha procedido a terminar las obras diseñadas por Enric, siguiendo fielmente sus ideas, aparte de ganar otros concursos siempre con el estilo del arquitecto catalán.
Enric Miralles fue la última gran promesa de la arquitectura española: con su edad ya había llegado a un alto nivel de diseño y comprensión de la realidad. Su obra muestra la de una mente privilegiada, reconocida en el mundo de la arquitectura con solo 45 años de edad.


Mercado de Santa Caterina


Una exultación de colores y de luces, una fiesta de gente satisfecha y sonriente, de voces y de gestos que expresaban consenso y participación.Había alegría alrededor, probablemente aquella a la que Enric Miralles -desaparecido en julio del 2000- esperaba asistir el día de la apertura del mercado a la ciudad y a sus ciudadanos. Fragmento aislado con respecto a las principales directrices del tejido urbano, la Avenida Cambó, el área en la que se encuentra el proyecto, vuelve por tanto a vivir después de años de aislamiento y de marginación.La intervención, que comenzó como rehabilitación del viejo mercado, se ha extendido hasta comprender la recalificación a escala urbana de todo el barrio, propuesta solicitada por los proyectistas y bien acogida por el cliente, el Ayuntamiento de Barcelona. El proyecto, que empezó en 1997 y ha sido completado en mayo de 2005, se muestra a la ciudad con un lenguaje "calidoscópico e híbrido", capaz de dialogar con la historia 'la del barrio, pero también la de los sitios arqueológicos hallados durante los trabajos- y, al mismo tiempo, vehicular una atmósfera excéntrica, variopinta, informal.Contemporánea también, pero no en el sentido comúnmente compartido que hace de la innovación tecnológica, de led brillantes y figuras digitales en movimiento la gramática del lenguaje arquitectónico de las metrópolis de hoy.Aquí el sentido es más culto, más matizado, decididamente más refinado. Se trata aquí de pintar una escena urbana única -más que perseguir una referencia formal o una solución de tendencia-, diseñada por una variedad de elecciones, incluso aparentemente en contradicción, pero que forman parte del mismo collage, del mismo viaje hacia la interpretación del alma de la ciudad. Alma compleja, ecléctica, mediterránea, exactamente como la que Enric Miralles y Benedetta Tagliabue expresan en su proyecto.Protagonista de la obra es la cobertura (5.500 m2) que envuelve el edificio saliéndose más allá del perímetro de toda la construcción (3.749 m2): se trata de un manto ondulado y de muchos colores que reproduce dibujos de frutas y de verduras. Un elemento de gran viveza y de reclamo para toda la ciudad.La cobertura, realizada mediante el ensamblaje de 300.000 hexágonos de cerámica, está sustentada por una "selva" de pilares de acero que anima la distribución del interior. Gracias a este sombrero vital, extravagante y multicolor, la intervención alcanza una de los objetivos principales expresados por el Ayuntamiento de Barcelona, el de "mezclarse y confundirse con la estructura original.""La arquitectura no es más que un modo de pensar sobre la realidad 'dicen los proyectistas. Así pues las meras construcciones se sobreponen a las existentes. Se mezclan, se confunden y deberán al final hacer aparecer ese lugar en sus mejores cualidades... Así parece lógico usar términos como conglomerado, híbrido... términos que intentan superar la dicotomía del blanco o negro."

3 comentarios:

Anónimo dijo...

esta wapo el mercao este del tio miralles, pero los que venden cebollas y patatas en el interior estarán al tanto del 'concepto' del pryecto del tio miralles..

espero respuesta del admin de este blog..

Anónimo dijo...

Los de dentro supongo que en su cabeza estará lo de llegar a fin de mes como el resto de los mortales. Yo creo que ellos son parte del escenario. Como diría nuestro "queridísimo" catedrático de proyectos de la escuela, son actores. Vivir en los edificios de al lado si que tiene que ser la leche.

Anónimo dijo...

Vivir en el tejado ése cerámico...eso si que tiene que ser la leche!
Más que nada por el equilibrio que tienes que tener pa no caerte