Aquí las primeras pruebas de cómno puede quedar la inserción del edificio de control de aguas en el entorno de la cementera y el encuentro de la grieta con los silos para facilitar la implementación de instalacines de riego.
La maqueta de colores es una prueba de fachada en la que contemplaba insertar maquinaria de condensación para producir agua, está descartada actualmente.
21 de diciembre de 2010
8 de diciembre de 2010
DIBUJOS DE FASE 2 SUSPENSOS
Estoy rebuscando en la fase 2 que suspendí y he encontrado dibujos que hice para explicar las situaciones que se pocrían dar en los silos una vez rehabilitados, aquí tenéis la composición de los cinco usos en los cinco diferentes conjuntos de silos. Falta un dibujo pero me gustaba más como quedaba la composición de esta manera.
Saludos y fuerza.
2 de diciembre de 2010
EN MIS OJOS DE ARQUITECTO
Esta noche he hablado con Bea sobre mi proyecto y me ha vuelto a repetir que necesito repensar el discurso con el que lo explico, ya que se inclina más hacía un tema de ingeniería que de arquitectura, por esta razón intento escribir el discurso o la esencia de mi proyecto, un intento que he hecho a lo largo de estos ya 10 años largos de carrera y siempre ha fracasado, por cobardía mía, por no hacer frente a ese pensamiento que ha aparecido envenando en cada momento que he chocado con un proyecto o algo relacionado con la arquitectura. Envenenando esa intensidad e ilusión que tenía un crío de 19 años que pensaba que la arquitectura era ese juego de formas que todos los ajenos a ella creen.
Hace tiempo que me dí cuenta que no iba a ser un lumbreras de esto, y realmente tampoco lo deseo, pero lo más duro es admitir que ni siquiera disfrutaré en términos absolutos con el buen hacer de los que sí son considerados unos fieras de la materia.
La arquitectura en sí, para mí, es una mierda. Ese intento de crear espacios y texturas a través de las cuales el arquitecto es capaz de hacer sentir a esa persona que levantaba la mano en el Modulor de Le Corbusier algún tipo de sensación, me parece una cualidad, o ganas de tirarse el pelotazo según se vea y la ocasión, que no poseo, o que por lo menos no deseo poseer.
Con el tiempo y los trabajos que he ido haciendo me he desencantado, ya que mis ganas por hacer algo fuera de lo normal no casan con la realidad de un arquitecto como yo, que como mucho opta a ganar un concurso de un apeadero de autobuses en "Los infiernos". La arquitectura suele ser un campo de racionalidad y economía de medios que no deja cabida a lo fantástico, lo no práctico o en muchas ocasiones lo no común.
La profesión, y más ahora, no me depara nada que me pueda gustar. Así que el distanciamiento ahora es insalvable, puede que con el tiempo pueda apreciar ciertas cosas, como eso de que incluso un proyecto de un apeadero en el culo del mundo es una oportunidad.
Por esto mismo, volviendo a mi proyecto, ¿no es cierto que la carrera en sí no consiste sólo en aprender a levantar un montón de ladrillos?, ¿no es cierto que yo soy otro producto de la propia carrera, del propio sistema?, al igual que aquellos que sí levantan ladrillos con mucho gusto, o aquellos que miran con lágrimas en los ojos al Seagram de Mies y Johnson, los que sueñan con la biblioteca de Kahn.
Así que la energía para desarrollar mi proyecto como un arquitecto, yo-arquitecto, viene del mismo lugar donde algunos arquitectos, como Carlo mollino, arquitecto italiano de mediados de siglo XX, visitaban con su mente cuando diseñaban sus coches, mesas, corrían Le-Mans, Instruían esquí, o pilotaban aviones que ellos mismos "proyectaban" y construían.
Sólo cuando me miro en el espejo, puedo ver en mis ojos al señor Mollino volando a toda velocidad, con esas gafas de aviador, con un pensamiento: "Todo es permisible con tal de que sea fantástico".
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